jueves, 11 de junio de 2015

COLLAGE.

Comúnmente se tiene un concepto equivocado de "sexualidad". Algunos se refieren a ella por el género (hombre y mujer), otros piensan en "relaciones sexuales" (lo cual también está mal atribuido) para referirse al coito, eso va dependiendo de la ideología que persista en la persona que da el punto de vista acerca del concepto, y esa ideología es el conjunto de creencias, tanto religiosas como aunadas a la cultura. Suena algo poco creíble, pero en pleno siglo XXI aún siguen existiendo tabús sobre la sexualidad, sobre el coito y también sobre género. A muchos nos inculcaron desde pequeños que el sexo es un tema del que solo los adultos pueden hablar, bajo mi experiencia, la cultura en donde he vivido es demasiado prejuiciosa y es por ello que muchas veces nosotros como jóvenes nos limitamos a cosas que creemos malas porque así mismo nos lo impuso la sociedad.
A los niños les hablan acerca de que las mujeres visten vestidos y el color que las distingue es el rosa, a los hombres se les atribuyen los pantalones y el color azul. Y con esa idea hemos venido creciendo, por eso muchas veces al realiza actividades echamos a volar la imaginación y expresamos lo que la cultura nos ha inculcado (un claro ejemplo fue la actividad pasada, en donde diferenciamos a un hombre de una mujer). El texto de Margarita Rivera Mendoza toca puntos que si he podido notar a lo largo de mi vida, como algunos que ya mencioné con anterioridad, y algunos otros a los cuales no me había enfocado de la manera en que ella lo hace. Por ejemplo: que la situación geográfica también influye puesto que las culturas varían y con ello las creencias se desarrollan en ámbitos sociales diferentes. La identidad que los adolescentes reconstruyen tiene gran influencia de su contexto; aunque muchas veces no lo pensemos así esto ocurre con mucha frecuencia y por esa misma razón la familia, los pares y las personas allegadas a los jóvenes en esta etapa son de mucha importancia.
También nos habla sobre algunas creencias que diferencian a los hombres de las mujeres; cuando ellos se refieren al deseo o al placer se les ve como algo muy normal, incluso cuando hablan o ven pornografía, a diferencia de las mujeres que se nos recata de esto, se nos inculca que el placer y el erotismo son malos y que el coito es solamente para la reproducción, no se nos permite verlo desde el punto en que lo ven los varones. Me incluyo al hablar de estas creencias porque en el lugar donde vivo aún se ve de esta manera. La autora nos habla también de la transformación que sufren los cuerpos de los adolescentes, este tema es tratado desde la educación primaria y suele suceder que solamente en la escuela se hable de él y lo dice porque en muchas familias no se habla de los cambios que el cuerpo va a tener en esta etapa. La religión también influye aquí porque existen esos tabús que prohíben la libertad de expresión tanto para los hijos como para los padres.
Por ello es que la escuela es primordial en el desarrollo que los adolescentes van teniendo, porque gracias a ella que les da una guía, los jóvenes pueden estar informados sobre lo que les pasará o les está pasando. Los medios de comunicación son quienes más atención reciben de los adolescentes y es por este medio que también se les brinda información acerca de los pros y contras que tienen al empezar los cambios biológicos y también al profesar su vida sexual (como lo son las ETS).
Existen rituales que en nuestra cultura nos inducen a una nueva etapa en nuestra vida. Algunos ritos como celebrar los XV's años, bodas, bautizos, etc., van ligados a las creencias y prácticas de la sociedad. Después de haber leído lo que la autora nos dice, puedo concluir con que la adolescencia no se resume en una misma para todos, es decir va variar dependiendo del contexto en que le joven se desarrolle y la cultura, creencias y demás que el profese. Por ello se dice que cada persona es un mundo, y estoy de acuerdo con eso, puesto que tan sólo en las clases que hemos tenido de la materia "Desarrollo de los adolescentes" he podido notar como cada uno de mis compañeros vivió esta etapa de una manera completamente diferente.

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